Lanzarote, la isla de los volcanes

Alguien me dijo que era un sitio muy especial y no se equivocó. Sus paisajes lunares, sus volcanes, sus pueblecitos, sus playas... es algo difícil de olvidar. Lo mismo que su clima. Irse de Madrid en enero con un frío que pela y llegar allí, es una sensación que no se olvida. Por eso y siempre que he podido, he viajado por estas fechas a alguna de las Islas Canarias y es algo que recomiendo a todo el mundo.

Nos alojamos en la zona del Puerto del Carmen y desde allí, alquilando un coche pudimos recorrer toda la isla con facilidad, ya que las distancias son muy cortas. Con una visita a la oficina de turismo nos pudimos hacer a la idea de todo lo que nos ofrecía esta isla, que no es poco.

Creo que la recorrimos de arriba a abajo, pasando por La Cueva de los Verdes, Los Jameos del Agua, Los Hervideros, la casa de César Manrique, la Isla Graciosa... En fin, todo lo típico de allí, además de conocer algunos pueblos.

Otra opción que elegimos en el primer viaje fue contratar alguna excursión, donde la mayor ventaja, para mí, es que te explican historias y anécdotas interesantes.

 Y después de unos cuantos años que han pasado desde mi primer viaje a Lanzarote, es hora de ir repitiendo, aunque ya conozca la isla, pero es un sitio que te invita a volver.

Vistas de la Isla Graciosa

Teguise