Llegamos a Lisboa con sol, aunque las nubes amenazaban con descargar cuando menos lo esperásemos.
Así fue. Y así fueron los cuatro días que estuvimos por allí. Tan pronto sol, tan pronto chaparrón, lo que no impidió recorrer sus calles y disfrutar de la ciudad, una ciudad llena de contrastes y con un encanto especial.
Aquí va mi primera entrega de imágenes.
Plaza del Comercio |
Desde esta plaza podemos acercarnos a contemplar el río Tajo.
Monasterio de los Jerónimos |
Los días bien nublados le dan un toque muy especial a la fotografía. Recuerdo uno muy especial qu ehice a la Isla de Culatra, en Portugal, pero no me salieron las fotos tan bonitas como a tí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Antonio.
ResponderEliminarTienes razón, a mí me encantan las fotografías con ese tipo de nubes, quedan muy bien.
Habrá que ver tus fotografías de las que hablas, no creo que te quedaran nada mal conociendo lo buen fotógrafo que eres, así que gracias por tu comentario.
Un abrazo.
La lluvia es un tostón cuando vas de viaje, pero coincido con Antonio en que las fotos quedan preciosas así :) Un besito!
ResponderEliminarEs verdad, mira que fastidia a la hora de patearte todo y también para hacer las fotografías, tienes que tener un cuidado para no mojar la cámara... Eso sí, esas nubes quedan preciosas.
EliminarOtro besito para ti